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lunes, 28 de septiembre de 2015

Gestión del talento y evitar 12 errores que puedes cometer en un plan de formación interna.

Es Noticia, Gestión del talento - 09/09/2015 3:15:01

"El próximo 16 de septiembre la agencia de comunicación Angaraveca celebra la II Jornada MAT donde se darán a conocer nuevas prácticas para la gestión del talento en las organizaciones. La jornada se estructurará en tres sesiones de trabajo para la creación de respuestas innovadoras con la intención de descubrir nuevas fórmulas alineadas con las nuevas estructuras organizacionales teniendo en cuenta las necesidades de los trabajadores y la incertidumbre que afrontan las organizaciones a día de hoy.
En la II Jornada MAT se ofrece una nueva propuesta en la que confluyen la estrategia y la creatividad para el diseño de nuevas ideas que mejoren la misión de las personas en las organizaciones. Las jornadas están divididas en tres sesiones y pretenden fomentar la innovación abierta como modelo de trabajo en grupos multidisciplinares en los que todas las personas pueden aportar y todas obtienen beneficios. Durante todo el proceso se trabaja sobre el diseño de ideas tanto en una empresa privada, como en una administración pública y en una fundación.
En la primera sesión del pasado mes de julio, titulada "Escuchar una buena historia (Storyhunting)", tuvo como objetivo la identificación de la situación concreta de cada una de las organizaciones, para la posterior generación de ideas. A través del uso de herramientas creativas de pensamiento, se obtuvo la información que servirá para el desarrollo de nuevas herramientas en esta segunda sesión del 16 de septiembre, titulada "Historias que transforman (Storydoing)".
La entrada es gratuita. Si te interesa puedes consultar la información y realizar la inscripción en: http://angaraveca.com/mat-ideas-innovadoras-para-el-talento/
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innovadoras

Noticia, Cómo evitar 12 errores que puedes cometer en un plan de formación interna. - 04/08/2015 10:50:52

" Cómo diseñar un plan de formación.
Por David Criado.
Iniciativa Vorpalina.


"Los buenos profesores son caros; pero los malos, lo son todavía más"
Bob Talbert, famoso columnista

He escrito este artículo a petición de algunos clientes tras sesudas conversaciones sobre el tema durante los últimos tiempos. Este artículo está pensado para aquellos que quieren organizaciones humanas basadas en explotar de forma saludable el máximo potencial de las personas que trabajan en ellas.

Deja de leer a partir de esta línea si tu intención es continuar diseñando planes de formación en serie sin apenas reparar o reflexionar sobre la utilidad de las acciones formativas que diseñas. Aunque trabajo para todo tipo de organizaciones, ya sabes que solo escribo para fomentar organizaciones humanas, beneficiosas y saludables para todos. Comenzamos.

Una clave fundamental que te hará ahorrar mucho dinero

A la hora de planificar un plan de formación el mayor error que cometen los responsables de estos departamentos es dar la espalda a su organización. Recuerda siempre este consejo:

Busca respuestas dentro y no te dediques a coleccionar información de fuera.

El conocimiento no sirve de nada si no se lleva a la práctica (sabiduría). Los contratistas de formación suelen convertirse en consumidores compulsivos de datos o conocimiento externo y en ciegos sordomudos del conocimiento y la sabiduría interna. Es lo que yo llamo diseñar un plan de formación "como pollo sin cabeza".
Es fundamental que comprendas que tienes una gran cantidad de conocimiento dentro y que tu plan de formación no debe partir de la base de que no tienes esta riqueza sino de que debes tan solo descubrirla y mejorarla. Entiende a tus empleados como personas útiles y capaces, no como consumidores de nuevo conocimiento. Para eso ya está Internet.
El paradigma ya ha cambiado. Ahora los foros de formación deben ser lugares de encuentro y actividad práctica y real. Este enfoque, créeme te ahorrará grandes cantidades de dinero. Porque siempre habrá expertos y "certificados" en nuevas herramientas pero siempre muy pocas personas que sean capaces de explotar el verdadero potencial que tienes.
En cada documento de caja de herramientas que entrego a mis clientes tras las intervenciones recuerdo siempre una famosa reflexión de Carl Gustav Jung: "Conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea tan solo otro alma humana". ¡RECUÉRDALO!

2 claves que necesitan todas las personas de tu organización

La mayor parte de mi tiempo desde que comencé mi andadura en la Iniciativa, he trabajado apoyando a personas y equipos de personas en dos aspectos clave que me llevan a escribir este artículo:

El primero de ellos consiste en ayudar a personas y equipos mediante técnicas y modelos de conducta saludables a sanear sus relaciones humanas. Es una necesidad común a todas las personas y encuentro un estado de inconsciente colectivo muy avanzado cada vez que inicio algún acompañamiento.
Suele estar siempre asociado por un lado a una falta de dedicación de tiempo y recursos al cultivo de espacios de comprensión mutua y entendimiento; y por otro a una carencia formativa y una falta de interés evidente en el ciclo de aprendizaje de las personas a lo largo de su vida (sistema educativo escolar, superior y trabajo).
Significa esto que la formación en inteligencia emocional, relacional o humana sigue viéndose reiteradamente aplastada por el criterio economicista de nuestros sistemas de desarrollo, relación y aprendizaje (escuela, ocio y empleo). Formar a los equipos en la importancia y el enorme poder de la comunicación y el fomento de relaciones humanas, es por tanto obligado en casi todas las intervenciones.

El segundo de ellos consiste en hacer que encuentren el verdadero sentido de las acciones que planean y ejecutan (la razón última). He comprobado en estos años cómo el desequilibrio, la disonancia y el ruido ocupan un alto porcentaje del tiempo y el cerebro de muchas personas. Esto les impide fijar y ser fieles a un objetivo e incide drásticamente en su productividad y en la obtención de resultados.
La falta de consciencia y el automatismo son tónica general en el funcionamiento y la realidad diaria de mis clientes. Asociados a estos indicios, hallo además pérdida de confianza en el mensaje y un regusto común a desengaño. La mayoría de clientes con los que empiezo a trabajar no creen en que el esfuerzo que van a realizar conmigo les lleve a ningún sitio.
Al comienzo de las intervenciones, muchos incluso me dicen abiertamente que no creen o no respetan mi labor ni mi trabajo; y los menos me dicen que agradecen mi presencia. Al término de las intervenciones con todos ellos -tanto los crédulos como los incrédulos- su media de satisfacción es actualmente de 9,32 sobre 10. Este dato ha reforzado mi creencia de que la mayor parte de personas con las que trabajo quieren realmente mejorar su situación si bien equivocan desastrosamente su camino.

12 errores que debes evitar en tu plan de formación

Como facilitador, formador y agente de cambio, cuando tengo un acuerdo con un cliente lo cumplo en los términos acordados. Como profesional, hay no obstante comportamientos y decisiones deseables y otros poco deseables a la hora de contratar una formación.
Algunos vacíos y errores de base que sistemáticamente cometen mis clientes por desconocimiento son sencillos de resolver. Suelo advertir de esta clase de peligros antes de la prestación del servicio pero a menudo el rodillo de la planificación y la falta de visión pegada a la realidad, impiden programas de capacitación más provechosos para las organizaciones.
Este sería un listado de los errores más comunes. Quiero compartirlo contigo, lector o lectora, para que tú no los repitas. Son algo así como los PELIGROS que debes evitar:

1. No diferenciar entre formaciones técnicas (capacidades) y prácticas (habilidades).

Como proveedor de servicios a veces soy tan solo uno más de varios y mi mensaje es uno más entre otros para aquellos que planifican el calendario formativo en hojas Excel. A su modo de entender, es igual formarse en herramientas ofimáticas que en Innovación y en este sentido tan solo hablamos de "otro curso". En la práctica cuando concluyo las intervenciones los testimonios de los empleados echan por tierra esta perspectiva.
En 3 de cada 4 ocasiones las personas que asisten a los talleres y sesiones manifiestan una necesidad abierta de dedicar más tiempo a este tipo de contenidos declarando que son la base de cualquier otra destreza o tarea dentro de la empresa.
Por mi experiencia y debido al formato, alcance, impacto y resultados de este tipo de intervenciones, el cultivo de estas habilidades transversales (trabajo en equipo, productividad, liderazgo, comunicación, relaciones, estrategia,…) no puede ser considerado en absoluto una parte más de planes de formativos enfocados a la formación de capacidades (conocimientos técnicos o procedimentales). Antes bien aquellas habilidades favorecen el adecuado desempeño de estas y nunca al contrario.

2. Fijar un plan de formación cerrado.

Los técnicos de RRHH o formación de muchas organizaciones, tanto como los responsables de ambas áreas, suelen cometer este error con frecuencia. Manejan paquetes de dinero para la formación que deben distribuir de acuerdo a un presupuesto y tienden a cerrar completamente el plan de formación sin posibilidad de variación o cambio.
Esto implica que si una formación o intervención ha sido muy exitosa, no puede establecerse continuidad hasta el siguiente año en el mejor de los escenarios. Es conveniente por ello contar con una reserva de recursos para posibles contingencias.

3. Partir de la visión del departamento de Formación y no de las necesidades reales de los empleados.

Testear continuamente las necesidades de los empleados es probablemente la mayor garantía de éxito de cualquier acción formativa. Partir de ellos es garantizar satisfacción e identificación con su proceso de mejora. Existen métodos para estar en contacto con esa necesidad. Entre ellos quizás el que más recomiendo es contar con la visión de los responsables de departamento o área a la hora de planificar la formación.
En este sentido recomiendo cautela a la hora de realizar promesas o acordar compromisos, ya que las necesidades -por mi experiencia- suelen ser mucha y los recursos siempre limitados. Un adecuado y compensado diálogo entre las partes es generador de éxito.

4. Abarcar mucho para no llegar a nada.

Existe una fiebre incomprensible no solo por diversificar la formación de los empleados con varios proveedores sino también con un número de contenidos cuanto mayor mejor creando catálogos formativos multicolores y vistosos y formaciones de 2 a 4 horas.
En la práctica esto implica no profundizar ni concluir nada y ejecutar cursos inservibles desde el punto de vista pedagógico centrado en la necesidad del empleado. En mi caso concreto, suelo negarme a prestar servicios de este tipo.

5. Diseñar planes de formación a corto plazo.

Este es probablemente uno de los mayores males que he encontrado. La contratación de servicios de formación o de RRHH en las organizaciones suele no estar asociada a una visión a largo plazo.
Las consecuencias son a menudo peores que no haber iniciado nada debido a que los miembros continuamente entienden este tipo de acciones formativas como una molestia cuya utilidad no identifican con claridad.

6. Tener una relación desproporcionada entre recursos invertidos y expectativas de éxito.

En el ejemplo concreto de las habilidades transversales, algunas personas se acercan a la Iniciativa pidiendo "mejorar las relaciones en su equipo", "mejorar el clima de trabajo", "resolver conflictos y diferencias entre partes" o bien "ayudarme a sacar esto adelante".
A juzgar por mi experiencia y la de muchos colegas de cambio con los que comparto diariamente impresiones, la cultura de contratación de servicios de acompañamiento (facilitación, consultoría artesana, coaching,…) es una cultura 100% curativa en el actual panorama empresarial de España.
Esto quiere decir que no suelen contratarse servicios de mantenimiento o de generación de culturas sanas, sino parches o -como yo digo- resurrecciones. Es conveniente que comprendas que no existen los milagros y que un trabajo continuado y espaciado en el tiempo tendrá siempre mejores resultados que un "trabajo expréss".

7. No contar con tus empleados como posibles formadores de otros empleados.

Nadie como ellos conoce su realidad. Entender que tan solo aquellos que venimos de fuera somos los que realmente sabemos qué hay que hacer en tu empresa, es como entender que todo el que huele flores puede ser un fantástico y admirable jardinero.
Tus empleados pueden formar una red de capacitación interna que habilite a nuevas incorporaciones o que contribuya a establecer una escuela continua similar a un banco de conocimientos en los que unos pueden enseñar a otros experiencias y lecciones aprendidas. El valor de tu organización está dentro, tan solo debes aprender a escucharlo y darle foros y espacios para crecer.

8. No contar con tus formadores externos para el diseño de tu plan de formación.

Si vas a contratarnos o contratar a otros, pregúntanos qué pensamos del plan de formación. Probablemente tu tendrás una visión muy buena de cómo hacerlo pero nosotros prestamos servicios en cientos de organizaciones y podemos darte opiniones y feedback relevante por el mismo precio. Aprovéchanos porque si queremos que seas un cliente, no podremos negarnos a que cuentes con nosotros.

9. Manejar tarifas abusivas con profesionales externos que impidan la prestación de un servicio de calidad.

Si no tienes mucho dinero para formación, es mejor que no contrates mucho y mal sino poco y bien. Elige en ese caso dos o tres formaciones claves pero bien diseñadas que dejen buen recuerdo en tus empleados y que valoren el trabajo del formador o el profesional que acude a echarte una mano. Si por el contrario tiendes dinero, no pierdas el tiempo regateando tarifas y se honesto y claro con aquello que puedes invertir, y coherente con el esfuerzo que puedes dedicar.
Si el profesional se siente valorado y contento dentro de una tarifa digna, aspectos de valor añadido como la entrega de materiales de apoyo tras la acción formativa, su buena actitud en la formación o la satisfacción genuina de los asistentes vendrán por sí solos.

10. Elaborar un plan de formación basado en salvadores de la Tierra, gurús y redentores.

Tengo amigos que juegan el juego del gurú y del experto y que cobran grandes cantidades por ello. Las cobran porque se las pagan. Yo mismo he realizado ventas de gurús porque creo que este tipo de acciones formativas (conferencias, master classes,etc…) deben existir. También creo que no deben copar tu plan de formación.
Yo elijo no ser un gurú pero respeto que otros lo sean. Pienso en otras palabras que lo más importante de tu plan de formación no puede ser una persona externa que venga a soltar un rollo. Por muy divertido o bueno que sea. Eso dice muy poco de tí como contratante y como persona pegada a las necesidades de tus empleados.
A nadie le gusta que alguien o algunos vengan a decirle de forma reiterada cómo hacer las cosas. A la gente -aunque no lo creas así lo vivo a diario- le gusta que le hagan hablar y participar, a tus empleados les gusta trabajar siempre y cuando se les tenga en cuenta para ello.
El equilibrio gurú y formadores que te recomiendo es no más de un 20% gurú (perspectiva ESCUCHAR SU MENSAJE) y un 80% para todo lo demás que realmente importa (perspectiva HACER COSAS REALES). ¿Cómo distinguir a un gurú de un profesional de la formación? Un gurú no se molesta en adaptar su mensaje a tu necesidad, un profesional de la formación hace exclusivamente eso.
Un gurú es aparente, vistoso y causa buena sensación cuando está pero todo el mundo le recuerda como una anécdota graciosa cuando se va. Un profesional de la formación no suele ser muy aparente, tampoco muy vistoso pero es recordado siempre por la utilidad de aquello en lo que vino a trabajar. De un gurú se recuerdan frases, de un profesional de la formación se recuerdan sensaciones, aprendizajes prácticos y destrezas.

11. Confundir la formación con programas de coaching, facilitación o consultoría.

Un curso no es un proyecto, es un curso. Esto implica el siguiente formato: Durante un tiempo limitado, una persona concreta se presenta en tu empresa para mejor o hacer que otros puedan aprender algo. Esto significa que si quieres alguna otra cosa de mayor alcance, es necesario entenderla como "otra cosa de mayor alcance" con otros recursos dedicados.
Sobre estas necesidades te recomiendo leer el artículo Cómo contratar el cambio que te resultará orientativo sobre las diferentes opciones del mercado para tu toma de decisiones.

12. No contar con las ayudas económicas públicas de las que puedes beneficiarte.

Consulta a profesionales de la formación para informarte sobre las ayudas públicas de crédito formativo que pueden ayudarte a planificar tu plan de formación para el nuevo año. Existen de acuerdo a tu región o ciudad, diferentes incentivos y apoyos económicos que pueden facilitarte la labor en cuanto a búsqueda de recursos. No los olvides.

Espero haberte ayudado, lector o lectora, a la hora de planificar la formación de tu organización.

Posted by David Criado on Jul 13, 2015

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Fuente: Iniciativa Vorpalina
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Noticia, Modelo RocaSalvatella: 6 fases de la transformación digital de los negocios. - 29/07/2015 15:37:02

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Las fases de la transformación digital de los negocios. Modelo RocaSalvatella

Por Genís Roca.

RocaSalvatella.

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DigitaleTransformation.jpg

 

El hecho digital está modificando profundamente la sociedad y, por consiguiente, el tejido empresarial a un ritmo trepidante y de una manera integral. Un contexto que obliga a las empresas a repensar todo tipo de procesos.

 

RocaSalvatella identifica en este documento los seis principales ejes que intervienen en la transformación digital de los negocios detectados y elaborados gracias el trabajo directo de esta compañía en diferentes países, con múltiples sectores de actividad económica y con diferentes áreas funcionales. Con ello, el informe pretende contribuir a analizar con perspectiva los desafíos que deben asumir les pequeñas, medianas y grandes empresas en la era digital.

  Introducción

 

Nos encontramos en pleno proceso de despliegue de una tecnología disruptiva que está modificando los negocios, pero también la sociedad. La informática fue crucial para la mecanización de los procesos, y la posterior conexión de los ordenadores entre ellos desembocó en el nacimiento de una capacidad de procesamiento y distribución de la información difícil de asimilar, y, aún hoy, difícil de imaginar. Esta capacidad de conectarse no ha hecho más que multiplicarse de forma exponencial.

 

Lo digital ha multiplicado exponencialmente la habilidad de conectarnos. Inicialmente, sólo tenían acceso a Internet las empresas y las instituciones, ahora lo tiene buena parte de la ciudadanía, y, muy pronto, será habitual y muy extendida la conexión a los objetos cotidianos como un coche, un contenedor de basura, una farola de la calle o una prótesis.

Hoy, las familias hablan por Whatsapp, los alumnos tienen acceso a más información que la conocida por su profesor, la música se ha vuelto digital, no hace falta comprar un periódico para estar informado, los pacientes interrogan a los médicos, los mecánicos de coche visten bata blanca, y un montón de detalles de nuestra vida cotidiana que se han visto profundamente alterados.

 

Pasa exactamente lo mismo con los negocios. El hecho digital está obligando a repensar procesos de todo tipo: el marketing, el desarrollo de marca, la atención al cliente, la selección de personal, la comunicación interna, la relación con los proveedores, la investigación de mercados, los procesos de internacionalización, la gestión de crisis, los procesos de innovación, la formación de personal y un largo etcétera hasta abastar todos y cada uno de los procesos de cualquier organización, sea cuál sea el área funcional y sea cuál sea el sector.

 

Una mirada holística desde el ámbito empresarial

 

Este proceso de despliegue de Internet tiene profundas consecuencias sociales, no sólo económicas. La política se ve obligada a reconsiderar qué es y qué tiene que ser la participación ciudadana; el asociacionismo se ve obligado a reconsiderar cómo puede alcanzar la representatividad de un determinado colectivo; la justicia tiene que revisar conceptos como la propiedad privada o el derecho de autoría; la sociología revisa cómo se configura la identidad y el sentimiento de pertenencia...

 

Pero, en este artículo nos centraremos exclusivamente en la transformación digital de los negocios, una aproximación que debe partir de una mirada holística que también incluya los aspectos que configuran el contexto en que las empresas desarrollan su actividad.

 

Tesis: Los seis ejes de la transformación digital de los negocios

 

La transformación digital es un proceso que aún no ha acabado. Cada día aparecen novedades tecnológicas y se incorporan más y más personas y dispositivos al inmenso flujo de datos e interacciones que configuran la actual Internet. La red aún está en construcción y los modelos definitivos, si es que algún día llegan a existir, ni tan solo pueden entreverse.

No podemos sino observar como esto está funcionando ahora y, de acuerdo con la perspectiva que hemos construido, a partir del trabajo directo en diferentes países, con múltiples sectores de actividad económica y con diferentes áreas funcionales, identificar los seis ejes que intervienen en la transformación digital de los negocios y que agrupan dos aspectos de impacto transversal, la visión y la cultura digital, que deben acompañar todo el camino hacia la digitalización:

 

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1er eje: La visión

 

La digitalización ofrece múltiples posibilidades de desarrollo a negocios y empresas. Muchas son conscientes de ello, pero pocas se atreven a acometer el reto digital. Las organizaciones deben invertir esfuerzos en anticipar amenazas y visualizar brechas de oportunidad originadas por fenómeno digital.

Para ello, será esencial dominar las lógicas digitales y entender qué valor puede aportar lo digital a la empresa, ya sea en términos de eficiencia de ahorro de costes y/o de mejora de la productividad. Aquellos que tomen el control y sean capaces de convertirse en disruptores de sus mercados emergerán como los auténticos líderes del universo digital.

 

La visión empresarial de lo digital, de la misma manera que sucede con la cultura digital, es un eje transversal que afecta a todas y cada una de las diferentes fases de la transformación digital de los negocios y que debe acompañar a la empresa a lo largo de todo el camino hacia la digitalización. La dirección de la empresa y su comprensión de la dimensión y la irreversibilidad de la transformación digital son esenciales para empujar el proceso de transformación digital.

 

2ndo eje: Los procesos

 

En la mayoría de empresas, los primeros pasos digitales están centrados en la mecanización y optimización de procesos. La informática empieza a hacerse un hueco en la mayoría de organizaciones con las primeras hojas de cálculo en los departamentos financieros y contables, hasta llegar a los robots de las plantas de producción.

Sectores como la banca iniciaron este camino hace más de treinta años con la aparición de cajeros automáticos, la desaparición de las libretas y el despliegue de las tarjetas de crédito y de débito. Ya no hay ningún empleado de banca que no trabaje delante de un terminal y pronto no habrá ningún cliente sin acceso a la banca electrónica.

 

Pero la mecanización de procesos no es lineal en todos los sectores ni en todas las áreas funcionales. Ya es habitual ver a los taxistas con GPS, pero aún los hay que no aceptan el pago con la tarjeta de crédito. Aún hay tiendas como es el caso de las mercerías que no necesitan un inventario informatizado o flotas de camiones que no están geoposicionadas, pero la compañía eléctrica ya nos dice que en nuestra casa quiere que todos los contadores sean digitales.

 

La digitalización de los procesos es desigual, pero avanza a medida que los beneficios de su puesta en marcha superan los gastos de inversión. Si hace unos años las resistencias aún eran culturales, ahora, para impulsar esta primera fase de la digitalización, solo resultan significativas aquellas que se refieren al factor económico.

 

3er eje: Los puntos de contacto con el cliente

 

A partir del año 2005, la población accede de manera masiva a la red, y ya no solo para mirar lo que publican las empresas, sino como agentes protagonistas que cuentan con voz propia en estos espacios. Espacios antes conocidos como la Web 2.0 y a los que ahora nos referimos con un término más sencillo, el de redes sociales.

La gente está en la red y se comunica a través de ella, los usuarios dialogan y se organizan, y eso ha obligado a replantear-se buena parte de las acciones de marketing y comunicación, pero también de atención al cliente. Ello ha obligado a actualizar lo que hasta ahora entendíamos como “puntos de contacto” y la nueva palabra de moda es “omnicanalidad”, pues el usuario nos pide múltiples canales de interacción.

Más allá de los coyunturales Facebook o Twitter, la ciudadanía exige ser atendida las veinticuatro horas del día todos los días del año, sea donde sea. Presencialmente, por teléfono, por carta o en la red. Sobre todo en la red. Y si es en la red quiere recibir un buen servicio sea cuál sea cuál sea el dispositivo que utiliza: sobremesa, tableta, móvil...Y, muy pronto, desde unes gafas, un reloj, unas alpargatas o una camiseta que pueda estar conectada a Internet. Y no sólo eso, además quiere ser atendido de manera síncrona, es decir, inmediata. Ahora y aquí.

 

Los dispositivos móviles han favorecido que los niveles de interacción y de exigencia de nuestros públicos se disparen de forma exponencial, y además de manera masiva. Miles, millones de usuarios interactuando en directo en cualquier momento y desde cualquier lugar.

Esto ha comportado lo que denominamos como segunda etapa de la transformación digital de los negocios: ya no mecanizamos nuestro back-office, ahora tenemos que atacar nuestro front-office. Revisar todos nuestros puntos de contacto con el cliente requiere un profundo rediseño de procesos, sistemas, perfiles profesionales, e incluso de cultura de la compañía, y nos lleva de lleno al territorio de las bases de datos segmentados, la personalización y la experiencia de usuario, pero también de la transparencia, de unos mercados cada vez más informados y de una revisión de la Responsabilidad Social Corporativa.

 

4arto eje: Los servicios y los productos

 

Si una empresa ha mecanizado correctamente sus procesos internos y también sus puntos de contacto con el cliente, entra casi de forma inevitable en la tercera etapa de la digitalización, centrada en el diseño de nuevos servicios y productos: Amazon sugiere qué libros podríamos estar interesados en leer; los transportistas pueden informar sobre la ubicación de nuestra mercadería; las compañías de telefonía pueden decirnos cuantos franceses entraron ayer en el país; VISA sabe el precio medio del menú en todos los restaurantes de Barcelona; un médico puede monitorizar en tiempo real las constantes vitales de un paciente que está en su casa...

 

Una avalancha de nuevas oportunidades que antes de la digitalización eran ciencia ficción y que, en breve, serán demandas lógicas del mercado, si es que no lo son ya. No es innovación, es adaptación a su entorno.

 

5nto eje: El modelo de negocio

 

El estadio final de esta evolución digital es reconsiderar el modelo de negocio, y este es aún un paso casi marginal. En la mayoría de sectores, el actual jugador dominante se desarrolla con más o menos agilidad en las tres primeras etapas, pero presenta fuertes resistencias en explorar de manera decidida esta cuarta.

Todo el mundo sabe que el negocio de la banca pasa por hacer desaparecer la mayor parte de su red de oficinas, pero aún es habitual la compra de una red de oficinas cuando una entidad quiere desplegarse en un nuevo territorio. De la misma manera que parece evidente que la digitalización del sector editorial conducirá a un modelo de negocio de tarifa plana, como ya ha pasado con la música, pero los grandes grupos editoriales aún insisten en vender los libros, físicos o digitales, de uno en uno.

 

El cambio de modelo de negocio aún tiene algo de radical y, quien lo explora con menos vergüenza, son los nuevos jugadores. Spotify en música, AirBnB o Booking en turismo, Uber en transporte público... Nuevos jugadores irreverentes contra los cuales la primera defensa acostumbra a ser legal o jurídica, pero que parecen imparables.

Redefinir la intermediación en un sector, los sistemas de usuarios compartiendo sus activos, el Big Data o la Internet de les cosas son algunos de los tótems bajo los cuales se están construyendo buena parte de los nuevos modelos y parecen depender más de otra forma de entender el negocio que de una base tecnológica.

 

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*Ilustración sobre el proceso de digitalización de la indústria musical que acompaña el artículo "De productos a servicios: la reconversión industrial digital" de Genís Roca.

 

6xto eje: La cultura digital

 

Para muchas compañías el reto digital no reside ni en los clientes ni en los procesos, sino que el principal desafío consiste en transformar la mentalidad de las personas y la cultura de la organización. Las resistencias al cambio y la falta de liderazgo son los principales caballos de batalla de las grandes organizaciones para afrontar la transformación la transformación digital del negocio.

Para acelerar el proceso de digitalización de la empresa será necesario promover la adopción de competencias y habilidades digitales por parte de toda la organización. Sólo las compañías que sean capaces de insertar el chip digital en el ADN de la organización avanzarán con éxito en la senda digital. Lo digital “genera conocimiento colectivo y nuevas dinámicas de aprendizaje” mediante la interacción con gente de dentro y de fuera de la organización, nuevas maneras de trabajar y ofrece herramientas que facilitan el trabajo, ofrecen espacios de relación e intercambio liberados de las férreas estructuras jerárquicas y promueve la innovación.

 

Conclusiones  

Simplificar en sólo seis etapas la transformación digital de los negocios es un ejercicio arriesgado teniendo en cuenta que la casuística es casi infinita, pero nos parece una buena aproximación para entender los fundamentos del momento empresarial actual. Hay sectores (como por ejemplo la banca o las eléctricas) que, pese a la complejidad, están viviendo una transición razonablemente ordenada.

 

Pero hay otros sectores (como es el caso de la prensa, el cine o la música) que están sufriendo una transformación digital desordenada. El modelo de negocio de la prensa va a cambiar casi de un día para otro, cuando la mayoría aún estemos iniciando la primera etapa (discutiendo si se debe mantener separada la redacción digital de la redacción en papel o si se integran todas en una sola), y sin apenas haber iniciado la segunda (la mayoría de la prensa no sabía nada de sus lectores, y de sus suscriptores ni tan sólo sabía si les gustaba más el futbol o la economía).

 

En un contexto así, el sufrimiento era extremo, dado que mientras la empresa entraba en pérdidas hacía falta una reingeniería de procesos a todos los niveles que requería inversiones más que serias, difíciles de asumir cuando se está discutiendo cuál será el modelo de ingresos. Otros sectores como el de los seguros han resuelto razonablemente la primera etapa de mecanización de procesos, pero parece evidente que les queda mucho por hacer en la segunda, de redefinición de los puntos de contacto con el cliente. Pero como el modelo de negocio aún no chirría del todo, parece que queda margen para continuar gestionando la transición hacia su futuro inevitablemente digital.

 

La transformación, pues, no sigue el mismo ritmo en todos los sectores, y mientras unos inician la tercera etapa, otros aún están en la primera. Y lo mismo pasa con las áreas funcionales: marketing, comunicación, recursos humanos, finanzas, operaciones, ventas... Dentro de una misma empresa podemos observar dos departamentos en diferentes etapas de digitalización. Que sea traumático o no, o suave y razonable, depende sobre todo de la presión del mercado, y del orden en que el mercado permita transitar por la digitalización.

 

Mientras que hay empresas o departamentos que van ordenadamente de una etapa a otra, las hay que han empezado la casa por el tejado en contra de su voluntad. Estos son los agentes más vulnerables a la aparición de un nuevo actor que los substituya, aunque hoy tengan una posición claramente dominante. Los nuevos actores van directamente a la cuarta etapa (repensar el modelo de negocio), pues las tres primeras ya les son innatas: los procesos internos, el contacto con el cliente y el producto o servicio son digitales de origen.

 

La transformación digital de los negocios no es otra cosa que el uso de la tecnología para conseguir mejoras radicales, disruptivas, que puedan convertirse en ventaja competitiva. Pero todo va muy rápido, y lo que hoy puede ser una ventaja, mañana será un requisito únicamente para sobrevivir.

 

Bienvenidos a la transformación digital de los negocios. Cambia o muere.

 

Genís Roca

03 - 09 - 2014

 

Genís Roca

Socio - Presidente de RocaSalvatella.

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Fuente: RocaSalvatella Imagen: Digitale transformation 

 

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